Kára - Hormigas Vikingas- Crematogaster Scutellaris

Aquí podréis contar vuestras experiencias con las hormigas.
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reina messor
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Kára - Hormigas Vikingas- Crematogaster Scutellaris

Mensaje por reina messor »

¡Hola a todos y todas!Hoy me decido a publicar mi primer diario. :D
Me he lanzado a pasar mis videodiarios a escrito, pues al igual que a mi me gusta leer los libros antes que las películas creo que a los demás también.
Veréis que es una forma de contar, un tanto diferente, lo que les sucede a mis colonias; mezclando así la realidad con la ficción. Lo que narro en el diario es lo que le pasa a la colonia, pero desde el punto de vista de la reina y puede ser que introduzca cosas que no ocurren en realidad. Por ejemplo: en este diario veréis que las Scutellaris viajan en un drakkar. Obviamente no, jaja. :lol:

Si queréis verlo en formato audiovisual: (Pero leerlo primero):

https://www.youtube.com/watch?v=mpCf5ce ... ZgOVU4cBZ7


Disfrutadlo. beer

Soy Kára, reina y protectora del reino Agden. Vivimos cerca del mar, luchando por sobrevivir, nos enfrentamos a invasores, depredadores y al frío invierno. Mi fuerza y mi inteligencia me han valido para ganar numerosas batallas y tras años de luchas conseguí hacerme con el poder de este reino. He superado multitud de obstáculos: enfermedades, traiciones, intentos de asesinato, largas y sangrientas batallas; pero para lo que iba a suceder no estaba preparada.

Todo comenzó unos días atrás, sentada en mi trono bebiendo hidromiel, empecé a escuchar cómo la tormenta se acercaba cada vez más, Thor golpeaba su yunque con su martillo, Mjölnir. Ese día no podríamos salir a navegar, al menos que fuera una señal de los dioses, pues cuando los truenos cesaban se escuchaba el graznido de los cuervos, ¿serian Hiugin y Miunin?, los cuervos de Odín. Como no podíamos navegar nos sentábamos a contar historias y poemas de nuestros dioses.
Odin: El dios del conocimiento, de la guerra y de la muerte, que sacrificó uno de sus ojos para acceder a la sabiduría infinita.

Sé dónde, Odín,
ocultó su ojo,
profundo en la famosa
fuente de Mímir -;
Mímir bebe hidromiel
cada mañana
de la prenda pagada por Odín.
¿Podrías saber más?


Odín el padre de todos, aquel que en forma de sacrificio durante nueve días y nueve noches, se colgó del Yggdrassil atravesado por una lanza para poder obtener el poder de la adivinación y aprender el arte de las runas.

Y así pasábamos en nuestro reino los días que las tormentas más virulentas nos obligaban a mantenernos bajo el cobijo de nuestros hogares.

El punto neurálgico del reino se encontraba cerca del mar, perfecto para realizar nuestras incursiones y saquear aldeas enemigas; sin embargo, los embites del mar eran más fuertes y debíamos hacer más sacrificios a los dioses para calmarlo.

Por el norte, sin previo aviso, un ejército enemigo comenzó a sitiar la ciudad. Debido a la fuerte tormenta los vigías no pudieron avistar a los enemigos hasta que los tuvimos encima. Comencé a dar ordenes para defendernos mientras los truenos de Thor retumbaban sobre mi hogar, empujándonos a la batalla. Nos superaban en número, al menos eran 10 por cada una de nosotras. Como guerreras vikingas que somos, nunca abandonamos una batalla y nos lanzamos a enfrentarnos a este numeroso ejército.

La batalla era terrible, los ataques del enemigo y la tormenta derrumbaban nuestras defensas. La superioridad numérica del enemigo empezó a causarnos factura y nuestro ejercito se reducía con cada golpe de sus espadas. Cada vez éramos menos, pero lucharíamos hasta el final y alcanzaríamos la victoria o entraríamos en el Valhalla.

El enemigo avanzaba y penetro nuestras defensas. En medio del fragor de la batalla me detuve, pues dos cuervos cruzaron volando ante mí, Odín, el dios de la guerra, se presentaba en el campo de batalla. De repente, sin previo aviso, recibí un golpe en la cabeza y perdí el conocimiento.


Desperté en mi drakkar, conmocionada y desorientada junto a un grupo de mis más fieles escuderas. Mareada y con sangre por la cara debido al golpe me incorpore par descubrir que estábamos abandonando nuestro hogar. Mis protectoras habían cargado conmigo y habían huido, sentimientos contradictorios me invadían, si hubiese muerto así, no habría alcanzado el Valhalla ; pero huir era humillante.

La tormenta azotaba el drakkar y no nos permitía mantener ningún rumbo, el agua nos empapaba y el casco del barco que nos mantenía a flote comenzó a agrietarse. Los esfuerzos de la tripulación se basaban en mantenerse a salvo y no caer al mar enfurecido, nos manteníamos a flote por alguna fuerza divina pues nadie manejaba el timón ni las velas. La oscuridad de la noche nos invadió, sin rumbo, dábamos bandazos en el mar y las fuertes sacudidas del oleaje aumentaron la grieta permitiendo que entrara agua. La tormenta comenzó a amainar; pero cada vez, había más agua en el interior del drakkar.
La noche transcurrió lenta pero según pasaban las horas la bravura del mar amaino pero el cansancio y las heridas de la batalla hicieron que cayéramos en un profundo sueño.

Despertmos pues repentinamente algo nos golpeó, habíamos encallado. Me incorpore y al alzar la vista pude observar lo que sucedía a mi alrededor. La situación era más trágica de lo que me temía, varias de mis hermanas yacían en el suelo medio ahogadas, las más jóvenes y fuertes intentaban secar a los mas débiles, la prole. De repente me di cuenta de las pocas que éramos, ¿dónde estaba el resto de mi ejercito? ¿el resto de mi reinado? Agden había caído y se había reducido a unos cuantos individuos, al menos habíamos podido salvar a la descendencia y nos permitiría recuperarnos.


¿A caso era un castigo de los dioses? ¿Les había enojado por algo? Odin y Thor parecían enfurecidos y nos habían castigado severamente. Tendría que buscar la manera de ganarme su perdón para mantenernos con vida y con la posibilidad de entrar en el Valhalla cuando el filo de la espada o la potencia del hacha acabe con nuestras vidas.

El peligro aún no había acabado, el drakkar había encallado en unas rocas y con el golpe de una ola cedió y cayó hacia una grieta, el golpe fue terrible y salí disparada junto a parte de mis hijas. Estábamos ilesas, pero el barco con el resto de la tripulación había quedado encajado sobre nuestras cabezas. Mandé a un grupo para que explorara el lugar, mientras tanto curé mis heridas y atendí a los que estaban peor que yo, al final todas recuperaron el aliento y ninguna de las que parecían ahogadas, murió.

Al rato vinieron las exploradoras, informando de que estábamos en una pequeña isla con una cueva muy acogedora. Las mandé iniciar los preparativos para preparar un campamento, rápidamente forraron parte de la cueva con la madera del drakkar, pues este había acabado totalmente destruido. Poco a poco, nos alojamos en nuestro nuevo hogar; incluso pudimos comer pues la isla estaba llena de manjares que llevarnos a la boca. Éramos pocas las que habíamos sobrevivido, pero las necesarias para formar una nueva colonia, Aún no habíamos decidido el nombre de nuestro nuevo hogar, pero tendría que ser un nombre que agradara a los dioses y se ganara su perdón.

¡Madre mía lo que come esta colonia, me voy a quedar pobre! jaja

Bueno, pues hasta aquí el primer capítulo de las Scutellaris. ¡Espero que os haya gustado!
Pasaos por el post de los comentarios de este diario y me dais vuestra opinión.

Enlace:
http://www.lamarabunta.org/viewtopic.php?f=31&t=53096

Un saludo. baeh1
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