Recientemente he sido introducido (forzosamente, je je je) en la cría, cosa que creí que me iba a escaquear por el momento
. Pero aquí estamos...con una colonia de Camponotus sp. que consta de una preciosa reina, hermosísima, con una cohorte de 10 nurses que se desviven por su reina madre y por el montoncito de huevos que ya hay en el hormiguero.Pues bien, 1 reina, 10 nurses, creo que 10 huevos y dos larvitas.
Hasta ahora no he podido ver que comieran nada, sólo les había puesto migas de galleta y pan y agua azucarada y miel....pero creo poder decir que han pasado de todo desde que las tengo...6 de abril del presente año...(fecha a recordar
).He estado empezando a darle una papilla que kiko ha colgado recientemente en el foro y parece que ayer (que fue cuando la elaboré) le han hecho caso...hoy lo comprobaré
. Espero estar actuando correctamente, no obstante empezaré, por recomendación e inyección de espabilamiento por parte de XCOM, a darles insectos vivos aunque algo tocados, veremos a ver que tal.
Por lo de pronto las he cambiado de hormiguero. Cuando me las han dado venían en una cajita tipo de petriplast con el fondo de algodón, el cual ha cojido lo que aquí llamamos pioja, barolo, es decir enmoheció.
Me han recomendado que lo limpiara pero me pareció un engorro y un peligro por si se me escapaban o pudiera lastimarlas. Así que he decidido extresarlas un poquitín y les he preparado primero en una especie de tupper weare (creo que se escribe así) totalmente transparente una base de yeso con su especie de galería y he volcado allí el antiguo hormiguero de golpe y porrazo al que han entrado algo excitadas y rápidamente se han adaptado las pobres. La reina se ha metido en una especie de estancia que le presumí previamente para ella, más espaciosa...y efectivamente allí se ha quedado para nuestra satisfacción.
Han quedado huecos por debajo del yeso, por los cuales alguna de las nurses se han colado con su huevo en las mandíbulas buscando sitio seguro o resguardado, supongo. Y nada más, humedad asegurada por ahora, con agujeritos pequeños en la tapa para que no transpire demasiado y uno más gordo, tapado por ahora, por donde les introduzco la comida. Envuelvo en una especie de papel albal que no se rompe con facilidad, el hormiguero por lo de la luz y lo desenvuelvo cuando quiero para observarlas...
Veremos hoy por la tarde como están las pobres, con estos cuidadores novatos y torpones, con los cuales las han dejado.
