

hace un poco de frió aun pero el sol esta fuera hace algún tiempo así que no tardara en calentar. Y nuestras amigas las hormigas lo saben. Al llegar al punto de partida me siento y me pongo a observar, como por arte de magia el suelo parece cobrar vida, Tapinomas y messor barbarus aparecen. Las Tapinomas forman caminos largos desde el hormiguero hasta distintas fuentes de comida, seguramente algún insecto muerto. las Messor claramente barbarus, pues las mayor tienen las cabezas rojas, todas atareadas recogiendo semillas. Sigo mi camino de ascensión y mirando bajo cada piedra que me parece sospechosa. Aunque no todas esconden los mismo, ufff.


Estos dos creo que son pareja, estaban juntas cuando levante la piedra. Posiblemente Steatodea paykulliana, tradicionalmente se dice que la mordedura de la hembra es venenosa para el hombre.
Bajo la siguiente piedra me aparece una gran cantidad de lo que al principio pesaba que eran catas pero luego a la lupa resulta que eran Camponotus foreli, muy bonitas en mi opinión.


Dejémoslas tranquilas y sigamos nuestro camino. Mas messor y muchas tapinomas pero lo que empecé a ver muchas eran Aphaenogaster ibérica. Son autenticas depredadoras, trabajan solitariamente salvo cuando la presa es muy grande, pero casi siempre se las ve solas transportando animales o trozos de flores derechas a su hormiguero.


Aún queda mucho camino por recorrer, y todo esta lleno de aphaenogaster y muchos mas insectos todos preciosos.

Después de una media hora aproximadamente llego a la cueva, donde no había gran diversidad, salvo unas crematogaster a unos tres metros en el interior de la cueva. Después se hizo la oscuridad total.

Es una cueva inmensa, muy profunda y un poco peligrosa, pues además es una mina de hierro abandonada y lógicamente en muy precario estado, pero es muy bonita por dentro. Las estalagmitas y estalactitas son preciosas. Vida no encontré mucha, algunas palomitas y algunos mosquitos, pero un espectáculo curioso me esperaba a pocos metros, estos dos sapos encontraron la tranquilidad necesaria para su cortejo sexual, son hermosos en su fealdad verdad?...


No me quise quedar mas tiempo, solo y con una sola linterna no era conveniente tentar demasiado a la suerte.
Después decidí acercarme a la playa, esto es lo bueno de vivir en una zona de mar y montaña, lo tienes todo al lado. Así que en una zona no muy concurrida me dispuse a observar, y bingo¡¡, bajo una piedra una colonia de hermosas plagiolepis schmitzii, otra de camponotus pilicornis, otra de aphaenogaster ibérica y varias monomorium subopacum forrajeando, y todo esto a escasos 100 metros de agua y con sus hormigueros hechos en los montículos de vegetación junto al chiringuito y en la misma arena de playa.




La conclusión final de este día, totalmente divertido e interesante. Aunque tengo un hambre¡¡¡¡..... son las 5 de la tarde y aún no almorcé¡¡¡
Saludossssss