[A Vic, que le entretienen estas historias peregrinas y verídicas, con el deseo de que se recupere muy pronto]

Consultaba hace unos días una bibliografía entomológica de mediados del siglo XIX, llena toda de títulos alemanes, franceses, ingleses o latinos, cuando mis ojos se detuvieron sobre unas palabras en español: “Observaciones sobre las hormigas”, un artículo de 1757. No daba crédito, verdaderamente era rarísimo y acaso el primero aparecido en España. La referencia carecía de autor, y la publicación correspondía a un Diario médico publicado en Madrid.

Al fin di con una biblioteca de Madrid que podía tenerlo: la del Instituto Geológico y Minero. Allí me dirigí ayer. Edificio vetusto, precioso museo de fósiles y minerales, biblioteca interesantísima. Toda la mañana estuve solo, atendido amabilísimamente por dos empleados del centro. Incluso tuve el privilegio de tener abiertas las altísimas vitrinas de la Biblioteca, que recorría con una gran escalera armada con ruedas. Innumerables libros clásicos de Historia Natural reclamaban mi curiosidad, pero era menester centrarse en unos pocos títulos que pudieran contener textos nuevos para la Biblioteca Histórica (BHME). La suerte estaba de mi lado: el primer libro que cogí, de 1890, un relato de las ponencias de un congreso celebrado en Ginebra, contenía una disertación del gran mirmecólogo A. Forel sobre la percepción de los rayos ultravioletas en las hormigas. El segundo, de un naturalista español en Filipinas (s. XIX), hablaba ampliamente sobre hormigas. Siguieron las Historias Naturales de Buffon y Claus, con breves alusiones a las hormigas…

¿Y el artículo de 1757? Ya lo tenía en mis manos, reproducido y listo para llevarlo a casa. Dentro del libro -una especie de compilación de artículos médicos, químicos y de curiosidades varias- se encontraban efectivamente unas “Observaciones sobre las hormigas”: 1ª parte, 2ª parte y Reflexiones sobre las hormigas (3ª parte), en total unas 9 o 10 páginas. En ellas se niega (como ocurre con otros autores del s. XVIII) a las hormigas recolectoras, se cometen errores en cuanto a las ninfas, pero se acierta a interpretar la función de los vuelos nupciales y la fundación de nuevas colonias mediante la reina fecundada. Me ha sido imposible dar con el autor, cuyas observaciones de campo realizó en localidades francesas entre 1721 y 1751. Por tanto, con mucha probabilidad, se trata de la traducción de un naturalista francés de la época de Réaumur.

Muchas gracias por la parte que me toca...

Auténticamente emocionada.

Cuando vuelva y me organice prometo acompañarte a una de tus aventuras de investigación, si me dejas y no molesto claro...